La diversidad puede definirse como la variedad y pluralidad de personas que habitan en un mismo entorno, bien sea laboral, educativo, comunal, etc. Cuanta más diversidad contiene dicho espacio, más personas pueden verse representadas.
El término de diversidad proviene del latín “diversitas”, y hace referencia a la cualidad de diverso, variado o diferenciado. De allí que el término también pueda aplicarse a nivel macro para hablar de biodiversidad, haciendo referencia a la abundancia y diferenciación de organismos vivos en el planeta.
En el ámbito laboral, es importante distinguir que cuando se habla de diversidad en estos entornos, no solo se habla de porcentajes de mujeres y hombres y de la convivencia de distintas generaciones, sino también hay que incluir la heterogeneidad socio económica, identidad de género, orientación sexual, pluralidad religiosa, afro descendencia, diversidad funcional/discapacidad, entre otras.
Por qué es importante la diversidad
Se ha demostrado que una cultura laboral diversa e inclusiva impacta de forma positiva en los resultados de un modelo de negocio.
Según un estudio de Great Place to Work, una cultura laboral diversa e inclusiva promueve que exista mayor predisposición a innovar, 5,4 veces mayor retención del talento, 9,8 veces más probabilidad de tener ganas de ir a trabajar, 6,3 veces más probabilidades de sentirte orgulloso de su trabajo.
Asimismo, un informe de la consultora internacional McKinsey de 2020, indicaba que las empresas con mayor diversidad étnica rinden un 36% más que aquellas con menor diversidad. Del mismo modo, las empresas con mayor diversidad de género rinden un 25% más que aquellas con menor diversidad de género.
Diferencia entre diversidad e inclusión
Es importante destacar que diversidad e inclusión no tienen el mismo significado aunque ambos se complementan entre sí. Pero al ser conceptos diferentes, no pueden utilizarse de forma intercambiable. De tal modo que un ambiente diverso, no es necesariamente garantía de un ambiente inclusivo.
La diversidad tiene que ver con la representación o la composición de un grupo en un determinado entorno: edad, género, situación de discapacidad, orientación sexual, país de origen, entre otros.
La inclusión, en cambio, trata de qué tan bien se valoran e integran en un entorno las contribuciones, la presencia y las perspectivas de diferentes grupos de personas, en la que se valoren los aportes de todos individuos y grupos.
Si hay diversidad en los espacios, pero diferentes grupos no son valorados de la misma forma, se puede hablar de que solo existe un “simbolismo”. Por ejemplo, contratar a una persona en situación de discapacidad en una empresa, pero no tomarla en cuenta ni brindarle las herramientas y un espacio seguro para su plena inclusión en el entorno, puede ser englobado dentro de este término.
Tipos de diversidad
Como se mencionó al principio, la diversidad involucra a personas que están atravesadas por diferentes realidades y contextos.
Se puede hablar de diversidad de género, orientación sexual, país de origen, origen étnico, lengua, nivel socioeconómico, nivel académico, religión, ideología o cultura, fisionomía o apariencia o condición funcional/discapacidad.
Diversidad funcional y discapacidad
La discapacidad es un concepto que evoluciona de acuerdo con las distintas miradas. Anteriormente partía de un concepto rehabilitador, que entendía que la persona no podía incluirse en un determinado entorno a raíz de su situación y que debía “rehabilitarse” en caso de querer formar parte.
En la actualidad, la discapacidad es percibida desde un modelo social (Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, Naciones Unidas. 2006). Esta deja de poner el foco en la persona, colocándolo en el entorno social contemporáneo.
Este modelo hace una distinción entre deficiencia o diversidad —la condición del cuerpo y de la mente— y la discapacidad —las restricciones sociales que se experimentan—. (El modelo social de discapacidad, Agustina Palacios, 2008).
Es decir, la discapacidad se produce cuando una persona con una deficiencia o diversidad física, mental, sensorial, etc., se enfrenta a una barrera o disminución de la actividad, al interactuar con el entorno social.
“Una incapacidad para caminar es una deficiencia, mientras que una incapacidad para entrar a un edificio debido a que la entrada consiste en una serie de escalones es una discapacidad (El modelo social de discapacidad. Pág 123. Agustina Palacios, 2008).
A diferencia del modelo rehabilitador, en el modelo social no se pretende rehabilitar, borrar o ocultar la diversidad de la persona (física, sensorial, psicosocial, intelectual), sino que se entiende como parte de su identidad. Es deber entonces de la sociedad brindar las herramientas necesarias para garantizar su inclusión.
¿Qué es la interseccionalidad?
Las personas en situación de discapacidad al igual que el resto de las personas están atravesadas por su propia identidad y por sus realidades, lo que significa que no pueden ser visto como seres aislados o identificados únicamente por su situación de discapacidad.
En muchas ocasiones, las personas con discapacidad deben enfrentar el doble de barreras. Por ejemplo, las barreras propias a razón de su situación de discapacidad y barreras por su género, situación socio económico, etc.
Un informe del Banco Mundial de 2020, indicaba que los hogares donde viven personas con discapacidad son más pobres y en 1 de cada 5 hogares en situación de pobreza extrema vive una persona con discapacidad.
A esta forma de visualizar a las personas por sus distintas realidades se le conoce como interseccionalidad. Este término se usa con más frecuencia hoy en día en el ámbito laboral para hacer frente a las desigualdades sociales y generar políticas laborales más inclusivas.
El término fue acuñado por Kimberlé Crenshaw, profesora de derecho en Columbia University y UCLA, hace casi 30 años.
En una charla TED reciente, explicó la idea y planteaba preguntas casos concretos para entenderlo: “una problemática que afecta a personas negras y una problemática que afecta a mujeres, ¿no abarcaría automáticamente personas negras que son mujeres y a mujeres que son negras?”.
Interseccionalidad en el ámbito laboral
Es importante que las personas encargadas de realizar políticas de inclusión dentro de empresas tomen en cuenta la interseccionalidad para llevar a cabo iniciativas de calidad que apuesten a la inclusión real de diferentes personas dentro y fuera de las empresas.
También es necesario tomar en cuenta la interseccionalidad al momento de realizar procesos de selección dentro de las empresas. Entender que las personas podrían estar atravesadas por otras realidades y que no se puede ver estas realidades de forma individual.