La última actualización del Diccionario de la Lengua Española modificó la forma en la que definía la discapacidad. También suprimió la palabra “disminuido” y “minusválido”, que ha sustituido por discapacitado.
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De este modo, la discapacidad dejó de ser: Disminución por un problema físico, sensorial o psíquico, que incapacita total o parcialmente para el trabajo u otras tareas.
La discapacidad ahora se define como: Situación de la persona que, por sus condiciones físicas o mentales duraderas, se enfrenta con notables barreras de acceso a su participación social.
Esta definición de la discapacidad condice recién ahora con la mencionada en la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006:
“(…) resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan la participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás”. (Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, 2006).
¿Qué significa esta definición?
La discapacidad es un concepto que ha evolucionado con el tiempo. Pasó de estar asociado a un castigo divino en la Edad Media a un enfoque asistencialista centrado en la persona y en su rehabilitación a lo largo del siglo XX.
En la actualidad, la discapacidad es percibida desde un modelo o enfoque social. Esta deja de poner el foco en la persona, colocándolo en el entorno social contemporáneo. Este modelo hace una distinción entre deficiencia o diversidad —la condición del cuerpo y de la mente— y la discapacidad —las restricciones sociales que se experimentan—. (El modelo social de discapacidad, Agustina Palacios, 2008).
Es decir, la discapacidad se produce cuando una persona con una deficiencia o diversidad física, mental, sensorial, etc., se enfrenta a una barrera o disminución de la actividad, al interactuar con el entorno social.
“una incapacidad para caminar es una deficiencia, mientras que una incapacidad para entrar a un edificio debido a que la entrada consiste en una serie de escalones es una discapacidad (El modelo social de discapacidad. Pág 123. Agustina Palacios, 2008).
Aún queda trabajo
La RAE también decidió suprimir por completo el término disminuido, que ha sustituido por discapacitado. Este término es definido por la RAE como “(persona) que posee una discapacidad”. Este término también es cuestionado por los colectivos de las personas en situación de discapacidad.
“Algunos pueden pensar que el hecho de poner “persona” es redundante ya que en “discapacitado” la noción de persona se sobreentiende. Los distintos colectivos de personas con discapacidad consideran que, pese a que puede parecer redundante, es importante que se los nombre así -y no discapacitado- para reforzar la idea de que ante todo la persona con discapacidad es persona y por eso es un sujeto de derechos”. (Silvana Stabielli, Cómo nombrar a las personas con discapacidad: la inclusión empieza con las palabras, 2021).
Es de destacar que la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas (ONU) dispuso que el término adecuado para referirse al colectivo es Personas con Discapacidad (PCD) o Personas en Situación de discapacidad. Por lo tanto, la utilización de estos términos se considera como los únicos a nivel mundial.
Hecho curioso
En diciembre de 2020, la RAE enmendó y corrigió la definición de Discapacidad en su versión digital. En papel habrá que esperar al año 2023. Desde el 2017, Jon Torres Unda, profesor de la Universidad del País Vasco y fisioterapeuta y su equipo escribieron a la RAE para modificar la definición. “La definición no nos gustaba, nos resultaba chocante, ya que definía como disminución física e inducía a negatividades”, señalaba Torres.
El 9 de diciembre, tras conocerse la nueva definición, el profesor escribió al respecto: Muchas personas y entidades llevan años trabajando muy duro en el área de la discapacidad. Ellos son los que hacen posible este tipo de cambios y otros más importantes.