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Semana Internacional de las Personas sordas, oportunidad para hablar de Derechos

La última semana de septiembre se conmemora en el mundo, desde 1958, la semana Internacional de la Persona Sorda. En Uruguay, dicha semana abarca el 21 de septiembre, Día Nacional de las Personas sordas y el 23 de septiembre, Día Internacional de las Lenguas de Señas. Ambas fechas son importantes para hablar y visibilizar la realidad de las personas sordas.

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Según el último censo de población, en Uruguay existen aproximadamente 120.000 personas con dificultades auditivas y más de 30.000 con sordera severa o total (MSP 2020).

Vale destacar que las personas sordas conforman en sí mismo un grupo bastante heterogéneo dentro del colectivo de personas en situación de discapacidad. Dentro de la comunidad sorda puede haber personas con sordera parcial (hipoacusia) o total (cofosis/sordera profunda).

También puede haber personas signantes (que manejan sólo la lengua de señas) como también personas oralizadas (que manejan –o no- la lengua de señas y la lengua oral) o personas que han tenido una educación bilingüe u educación oral.

Barreras y Desafíos

Uno de los mayores desafíos que enfrentan las personas sordas para su inclusión plena en la sociedad es la comunicación. La lengua de señas uruguaya (LSU) es la lengua materna de muchas personas sordas en Uruguay. El 25 de julio del año 2001 se promulgó la Ley N° 17.378 la cual reconoce la Lengua de Señas Uruguaya como lengua natural de las personas sordas y sus comunidades en el país.

Sin embargo, la falta de intérpretes de LSU en el ámbito educativo, cultural y laboral y la falta de conciencia sobre la necesidad de adaptaciones razonables pueden dificultar su acceso a diferentes ámbitos, como el educativo o laboral.

Muchas personas oyentes en Uruguay no están familiarizadas con la lengua de señas o la cultura sorda. Esto puede llevar a la falta de comprensión sobre las necesidades de comunicación de las personas sordas y a la discriminación inconsciente.

Asimismo, a pesar de los avances tecnológicos, muchas personas sordas pueden tener dificultades para acceder a tecnologías de asistencia, como dispositivos de texto a voz o videollamadas, que facilitan la comunicación con personas oyentes.

La falta de comprensión y conciencia sobre la comunidad sorda también puede llevar al estigma y la discriminación. Esto trae consigo que, a menudo, información que puede y debe ser pública, no se

presente en formatos accesibles para las personas sordas, como subtítulos en videos o contenido en lengua de señas en sitios web, lo que limita su acceso a información importante.

Esto se acentuó durante la pandemia por el COVID-19, donde muchas personas sordas quedaron rezagadas de recibir información relativa a esta situación debido a la falta de información accesible.

Cómo enfrentar las barreras en el ámbito laboral

En el ámbito laboral, las barreras presentes en el entorno también suelen acentuarse, dificultando la inclusión de las personas sordas en el mercado laboral.

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Desde la Fundación Bensadoun Laurent, organización que trabaja por la inclusión social y laboral de las personas en situación de discapacidad, para hacer frente a dichas barreras, se destaca la importancia de la sensibilización. Es esencial crear conciencia sobre las necesidades de las personas sordas en el ámbito laboral, como, por ejemplo, comprender la importancia de contar con intérpretes de LSU si es necesario.

También evaluar las formas de comunicación internas, para que trasciendan lo oral y pueda así ser inclusivo para una persona sorda, y estar abiertos al aprendizaje de otra forma de comunicar.

Es importante trabajar sobre visualizar a la otra persona como trabajadora, trabajar sobre los mitos y prejuicios propios en torno a lo desconocido, que es la comunidad sorda, su cultura y con ella su lengua.

Asimismo, es importante que las empresas estén dispuestas a realizar adaptaciones razonables, como proporcionar interpretes en LSU para los casos requeridos o mejorar la accesibilidad del lugar de trabajo.

Derribar barreras, garantizar derechos

Para abordar todas estas barreras y garantizar la inclusión, es fundamental fomentar la sensibilización y la educación sobre las necesidades de comunicación de las personas sordas, promover la enseñanza y el aprendizaje de la LSU, mejorar el acceso a intérpretes y tecnologías de asistencia, y promover la inclusión laboral y social a través de políticas y prácticas inclusivas.

La superación de estas barreras es esencial para lograr una sociedad verdaderamente inclusiva en Uruguay y en todo el mundo.