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Por qué dejar de esconder la salud mental en el lugar de trabajo es importante

Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 4 personas tendrá un trastorno vinculado a la salud mental a lo largo de su vida. Sin embargo, es probable que dicha condición sea ocultada por parte de la persona por el estigma y la discriminación que esta conlleva, sobre todo en el ámbito laboral.

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El Banco Mundial en su blog global de diciembre de 2021, explicaba que, aunque no existen datos regionales robustos, la evidencia global muestra que alrededor de cuatro de cada 10 personas con discapacidad psicosocial consideran necesario ocultar su condición cuando se postulan para empleos, puesto que los empleadores tienden a reaccionar negativamente a la revelación de la discapacidad de los candidatos.

¿Qué es la discapacidad psicosocial?

Las condiciones de salud mental se enmarcan en lo que se considera como la discapacidad psicosocial. Esta se define como la limitación de las personas que presentan disfunciones temporales o permanentes de la mente para realizar una o más actividades cotidianas. Las disfunciones mentales que se asocian a la discapacidad psicosocial pueden ser Depresión, Trastorno de ansiedad, Trastorno bipolar, Esquizofrenia, entre otras.

En Uruguay, las personas con un diagnóstico de salud mental pueden inscribirse en el Registro Nacional de las Personas con Discapacidad de la Secretaría Nacional de Cuidados y Discapacidad del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES). De este modo, pueden acceder a un empleo a través de la Ley 19.691 de Promoción del Trabajo para Personas con Discapacidad, así como a recursos de otras leyes vinculadas a los derechos de las personas con discapacidad.

Las barreras invisibles

La discapacidad es la situación de la persona que por sus condiciones físicas o mentales duraderas se enfrenta con notables barreras de acceso a su participación social.

Es decir, la discapacidad se produce cuando una persona con una diversidad física, mental, sensorial, etc., intenta realizar una acción cotidiana, por ejemplo, tomar el transporte público. Y se ve impedida de hacerlo por las barreras del entorno. Estas barreras pueden ser físicas (Un transporte que no es físicamente accesible para que pueda subirse). O, también, sociales (Que las personas no respeten el espacio preferencial en el transporte).

No obstante, en el caso de las personas con un diagnóstico vinculado a la salud mental, las barreras suelen partir de lo actitudinal, basadas en el estigma, el prejuicio o la discriminación hacia la condición de la persona.

Estas barreras suelen ser las más difíciles de intervenir sobre todo en el ámbito laboral, ya que no son perceptibles y por ende no suelen ejecutarse políticas dentro de las empresas para erradicarlas como sí pudiera ser la necesidad de colocar una rampa en un espacio físico para garantizar el ingreso de un trabajador o trabajadora usuaria de silla de ruedas. O, también, la contratación de una intérprete en Lengua de Señas para habilitar la comunicación con un trabajador o trabajadora sorda.

Esto se ve exacerbado aún más si se toma en cuenta que las personas con un diagnóstico de salud mental no suelen revelar su condición en un ambiente laboral por los motivos previamente mencionados.

¿Por qué es necesario eliminar el estigma en el lugar de trabajo?

El estigma social hacia las personas con un diagnóstico de salud mental sigue siendo una de las principales causas por las que las personas enfrentan desafíos para ingresar -o reingresar- al mercado laboral.

Un caso común es que las personas con discapacidad psicosocial suelen tener lagunas en su historial laboral. Esto hace que a manudo los empleadores realicen suposiciones que tienen efectos negativos sobre su capacidad laboral, llevando a que esta deba mentir o revelar detalles de su situación de discapacidad contra su voluntad.

Las percepciones erróneas sobre algunos trastornos de salud mental también conllevan a que sus puntos de vista, opiniones o sentimientos muchas veces sean invalidadas, menospreciadas o no tomadas en cuenta por su entorno, adjudicándole poca credibilidad.

Otra situación a la que suelen enfrentarse es a la presunción al uso o no de medicamentos. Las personas con discapacidad psicosocial son juzgadas sobre si su estado de ánimo o sus acciones en un determinado momento están asociado a la ausencia o exceso de un medicamento que debería tomar.

Esto además representa una invasión a la privacidad de la persona y una idea errónea de entender que todas las personas deben estar bajo un régimen de medicación permanente o que deben demostrar el uso de una determinada medicación. 

Es necesario entender que cada persona es absolutamente diferente a otra. Incluso si dos personas transitasen una misma condición de salud mental. Por lo que hacer presunciones o generalizaciones sobre el uso de medicación o comportamiento es erróneo.

Día Mundial de la Salud 2022

El Día de la Salud Mental fue creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por la Federación Mundial para la Salud Mental en 2013 para darle visibilidad a un problema que cada vez es más común en la población. Según la OMS, 1 de cada 4 personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida.

La atención integral hacia la Salud Mental está referido en el Plan de Acción Integral 2013 – 2030 sobre Salud Mental de Naciones Unidas, que sigue insistiendo en la necesidad de adoptar un enfoque que abarque toda la vida y en aplicar medidas para promover la salud mental y el bienestar de todos, prevenir los problemas de salud mental entre las personas de riesgo y garantizar la cobertura universal de la atención a la salud mental.

Este año, la Organización Panamericana de la salud lanzó además una campaña para frenar el estigma hacia las personas con problemas de salud mental, y promover interacciones positivas que mejoren la búsqueda de ayuda.