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La Inteligencia Artificial y los desafíos para las personas en situación de discapacidad

Cada 3 de diciembre, se conmemora en el mundo el día internacional de las personas con discapacidad. Esta fecha sirve para reconocer la diversidad de las personas, pero también para dar visibilidad a las barreras, desafíos y problemáticas que aún enfrenta el colectivo a lo largo y ancho del mundo.

Este año en particular lo hace en un contexto caracterizado por un crecimiento avasallante en el uso masificado y cotidiano de la Inteligencia Artificial. Un artículo de Forbes titulado “2023: el año de la inteligencia artificial”, destacaba que desde la aparición en noviembre del 2022 de ChatGPT, la IA ha generado furor, siendo un punto de inflexión en el uso práctico de algo que antes parecía muy lejano y de películas de ciencia ficción.

“Así como la pandemia fue el gran gatillador del trabajo remoto, ChatGPT ha hecho lo propio para despertar el interés de millones de personas ajenas a la tecnología sobre el uso práctico de la inteligencia artificial”.

La Inteligencia Artificial (IA) -y el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas- juega un papel crucial en el beneficio de las personas en situación de discapacidad, ya que puede mejorar la accesibilidad, la independencia y autonomía de estas. Pero su aplicación también puede provocar sesgos que generen otro tipo de barreras en el ejercicio de sus derechos en el ámbito digital y en la construcción de la ciudadanía digital.

La IA históricamente se ha utilizado en una variedad de formas para asistir a las personas con discapacidad. Desde el reconocimiento de voz y texto, hasta -hoy más reciente- la descripción de imágenes, como es el caso de ChatGPT-4, que incorpora un poderoso procesador de imágenes en su última versión.

Estos avances son importantes en diversos ámbitos, como por ejemplo en el ámbito laboral. Hoy día muchas personas con discapacidad visual enfrentan barreras en el lugar de trabajo debido a la falta de accesibilidad digital. La descripción de imágenes con inteligencia artificial puede ser esencial para algunas tareas en el lugar de trabajo, como la revisión y el análisis de datos en gráficos y tablas, o la identificación de piezas de equipo.

Derribando barreras

La IA -y los avances en el ámbito digital- puede ayudar a reducir las barreras de comunicación entre las personas con discapacidad y el mundo que las rodea. Por ejemplo, la tecnología de reconocimiento de voz puede permitir que las personas con discapacidad motora o de habla limitada interactúen con dispositivos electrónicos utilizando comandos de voz. Asimismo, el reconocimiento de texto puede permitir a las personas con discapacidad visual o dislexia recibir información en formatos accesibles, como la conversión de texto a voz.

Con una mayor inversión y desarrollo en la IA, se puede esperar ver aún más soluciones innovadoras para ayudar a las personas con discapacidad a superar las barreras que enfrentan en su día a día.

Gerard Quinn, Relator Especial sobre los derechos de las personas con discapacidad de Naciones Unidas, hablaba sobre esto en un Informe sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de diciembre de 2021.

“Las nuevas tecnologías pueden beneficiar en gran medida a las personas con discapacidad e impulsar la búsqueda de la igualdad inclusiva en muy diversos ámbitos, como el empleo, la educación y la vida independiente”, según él. “Sin embargo, existen innumerables efectos discriminatorios bien conocidos”.

Sesgos y capacitismo

Según el informe de Naciones Unidas, las herramientas de IA pueden seguir teniendo sesgos humanos -basándose en el autoaprendizaje- y, por tanto, ser excluyentes con las personas con discapacidad. Un ejemplo es el empleo, donde los procesos de contratación utilizan cada vez más algoritmos para filtrar a los candidatos.

“Los predicados en los que se basan los algoritmos que impulsan la inteligencia artificial pueden reflejar e integrar suposiciones de capacitismo (e incluso suposiciones de edadismo). La discapacidad puede ser “vista” por la tecnología como algo desviado y, por tanto, negativo”, explicó Quinn. “[Las personas con discapacidad] pueden quedar excluidas para el empleo sin tener en cuenta sus méritos y si un ‘ajuste razonable’ podría permitirles desempeñar las tareas esenciales del puesto“.

Medidas al respecto

En el mismo informe, Naciones Unidas instó a los Estados parte a incluir la discapacidad en sus estrategias y políticas de inteligencia artificial y a seguir aplicando su obligación de “Ajustes Razonables”.

La IA se hace ‘inteligente’ a través de procesos de auto aprendizajes. Estos procesos dependen de un conjunto de datos de entrenamiento y “algoritmos” que a menudo incluyen datos moldeados por decisiones humanas previas y juicios de valor.  Es por ello por lo que debe existir especial atención para garantizar la inclusión de diferentes colectivos en el ejercicio de sus Derechos Humanos.