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La IA y las personas con discapacidad en el mercado laboral

La inteligencia artificial (IA) ha emergido como una herramienta transformadora en muchos aspectos de la vida diaria, pero uno de los sectores donde su impacto puede ser más significativo es en la vida de las personas con discapacidad.

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Desde asistentes virtuales hasta aplicaciones de reconocimiento visual, la IA está habilitando nuevas formas de autonomía y acceso, eliminando barreras y facilitando la inclusión.

Sin embargo, la implementación de estas tecnologías también plantea desafíos y riesgos, particularmente cuando no se consideran adecuadamente las necesidades de este grupo de personas.

Autonomía y discapacidad

La IA ofrece una oportunidad sin precedentes para que las personas con discapacidad adquieran mayor autonomía en sus vidas cotidianas.

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Aplicaciones como BeMyEyes y Seeing AI, por ejemplo, permiten a personas con discapacidades visuales recibir descripciones de su entorno a través de cámaras de sus teléfonos. Los lectores de pantalla como NVDA y Jaws proporcionan acceso a contenido digital, facilitando el uso de dispositivos y la navegación web.

Además, los asistentes virtuales como Siri, Alexa, y Google Assistant permiten a las personas con discapacidades motoras o visuales realizar tareas diarias como ajustar el termostato, encender las luces o consultar el clima, utilizando solo la voz. Esta accesibilidad simplificada facilita que las personas mantengan un control sobre sus ambientes y rutinas sin necesidad de asistencia física.

Inclusión con la IA en el mercado laboral

En el ámbito del empleo, la IA también puede desempeñar un rol fundamental en la inclusión laboral. Herramientas como el eye-tracking en Microsoft Eye Control y iOS permiten que personas con discapacidades motoras graves controlen sus dispositivos con solo el movimiento de sus ojos, lo cual es particularmente útil en entornos de trabajo.

Además, la IA puede ayudar a mejorar la accesibilidad de plataformas de reclutamiento y evaluación, asegurando que las personas con discapacidades puedan participar en igualdad de condiciones.

No obstante, es crucial que estas herramientas se desarrollen con un enfoque inclusivo. Según un estudio del Real Patronato sobre Discapacidad en España, aunque el 98% de las personas encuestadas conocían productos basados en IA, solo el 12% los utilizaba. Esto se debe a que muchas soluciones tecnológicas no son accesibles o su precio es elevado, limitando su adopción por parte de quienes más las necesitan.

Riesgos y sesgos en los sistemas de la IA

A pesar de las ventajas, la IA también conlleva riesgos si no se diseña cuidadosamente. La IA se “alimenta” de datos, y si estos datos están sesgados o no representan adecuadamente a las personas con discapacidad, las soluciones resultantes pueden ser excluyentes.

Por ejemplo, las herramientas de inteligencia artificial en procesos de selección de personal podrían ignorar automáticamente a candidatos con discapacidad si los algoritmos no están ajustados para reconocer la diversidad de experiencias y capacidades.

La IA tiene el potencial de ser una poderosa aliada para las personas con discapacidad, siempre que su desarrollo y aplicación estén centrados en la accesibilidad y la inclusión desde el principio. Esto no solo mejora la calidad de vida de estas personas, sino que también contribuye a una sociedad más equitativa.