El pasado 23 de junio, la cantante estadounidense Britney Spears (39 años), que se encuentra bajo una tutela por su padre desde el año 2008, ofreció un testimonio en donde denunció los abusos a los que es sometida bajo esta figura judicial.
En esta tutela, la cantante denunció que se ve impedida de manejar su propio patrimonio, que asciende a más de 60 millones de dólares. También denunció que se le impedía hablar a los medios libremente o, incluso, tener control sobre su propio cuerpo.
El estigma hacia la salud mental en el lugar de trabajo
En su testimonio, entre otras cosas, la cantante argumentó que, durante un ensayo para uno de sus shows en Las Vegas, se opuso a un paso de baile en particular. Esto, que en un lugar de trabajo se entendería como una discrepancia común, fue entendido por su equipo como una consecuencia de su condición de salud al no tomar sus medicamentos.
“Cuando dije que no a un paso de baile en los ensayos, fue como si hubiera colocado una bomba enorme en alguna parte (…) Mi terapeuta en ese momento, el Dr. Benson que murió, me dijo que el manager lo llamó y le dijo que no estaba cooperando, ni siguiendo las pautas y los ensayos. Y también dijo que no estaba tomando mi medicamento (…)”
Esta situación revela diversas situaciones a las que se enfrentan habitualmente las personas que manifiestan abiertamente sus condiciones de salud mental en el lugar de trabajo.
Generalización de la salud mental
Por un lado, está la de asociar cualquier manifestación de la persona hacia su condición de salud. Si bien debería ser normal que una persona se enoje o se entristezca ante diversas situaciones, si lo hace una persona con trastorno de ansiedad, depresión, bipolaridad, etc., es probable que sea asociado a su condición de salud mental.
Esto impide a las personas poder manifestar abiertamente una postura en un lugar de trabajo sin ser definidas por este motivo, en lugar de que se haga por sus méritos, conocimientos, idoneidad, etc.
También conlleva a que sus palabras, opiniones o sentimientos, muchas veces sean invalidadas, menospreciadas o no tomadas en cuenta por su entorno, adjudicándole poca credibilidad. Muchas veces no se les cree, o su palabra es puesta en duda.
Otra situación a la que suelen enfrentarse habitualmente las personas dentro del espectro de la discapacidad psicosocial es a la presunción al uso o no de medicamentos.
La medicación en el ámbito laboral
En su testimonio, la artista denunció que su equipo dijo que no estaba cooperando por ellos no haberla visto tomado sus medicamentos.
“(…) Todos dijeron que yo no participaba en los ensayos y [que] nunca acepté tomar mi medicación, que mi medicación solo se toma por las mañanas, nunca en el ensayo. Ni siquiera me ven. Entonces, ¿por qué estaban afirmando eso?”.
Constantemente las personas con discapacidad psicosocial son juzgadas sobre si su estado de ánimo o sus acciones de ese momento está asociado a la ausencia o exceso de un medicamento que debería tomar. En el caso de la cantante, incluso, se le cuestionó no mostrar públicamente el haberlo hecho.
Esto, además de representar una invasión a la privacidad de la persona, sobre todo en el ámbito laboral, refleja un desconocimiento hacia la discapacidad psicosocial en general. El entender que todas las personas deben estar bajo un régimen de medicación permanente o que deben demostrar el uso de una determinada medicación es una generalidad que dista de la realidad.
Cada persona es absolutamente diferente a otra. Incluso si dos personas transitasen una misma condición de salud mental. Por lo que hacer presunciones o generalizaciones sobre el uso de medicación o comportamiento es erróneo.
La terapia en el ambiente laboral
Otra situación habitual en el colectivo –y que también quedó demostrado en el testimonio de la cantante- es la necesidad de un supervisor/a o empresa de querer tener una línea directa con el/la terapeuta de la persona, algo que corresponde a la vida privada de este.
En condiciones regulares, que una persona manifestase un desinterés hacia una actividad en un entorno laboral, es motivo para que el departamento de Recursos Humanos de la empresa o supervisor/a converse con la persona para entender cuál es su situación.
Sin embargo, en el caso de las personas usuarias de servicios de salud mental, esto no suele ocurrir. En su lugar, el supervisor o la empresa intenta canalizar la situación a través del terapeuta personal de la persona.
Inclusión laboral y discapacidad
Dentro del colectivo de las personas en situación de discapacidad, las personas usuarias de servicios de salud mental suelen enfrentar desafíos en procesos de inclusión laboral. En ocasiones, a diversas personas se les ha llegado a preguntar sobre su diagnóstico o medicación en entrevistas laborales, lo cual además es un delito.
La entrevista laboral no habilita a realizar preguntas acerca de la vida privada de una persona en situación de discapacidad, tampoco su diagnóstico médico, medicación, causas de la discapacidad u otros aspectos vinculados (Ley 18.331 de Protección de datos personales).
La Ley 18.331 en su artículo 18 establece que ninguna persona puede ser obligada a proporcionar datos sensibles. Se entiende por datos sensibles aquellos datos que revelen origen racial y étnico, preferencias políticas, convicciones religiosas o morales, afiliación sindical e informaciones referentes a la salud o a la vida sexual.
Ser conscientes de esta realidad y entenderla, permite que más personas que transitan condiciones de salud mental puedan ingresar y permanecer en el ámbito laboral sin sesgos que menoscaben su condición. O que les impidan tomar decisiones sobre su propia vida, como en el caso de la cantante estadounidense.
Es necesario entender que antes que las etiquetas, hay una persona que tiene su propia trayectoria de vida, independientemente de su situación de discapacidad.
La Fundación Bensadoun Laurent
La Fundación Bensadoun Laurent trabaja conectando empresas que buscan candidatos/a con personas en cualquier situación de discapacidad que buscan empleo. La organización cuenta con un equipo multidisciplinario, conformado por psicólogas, trabajadoras sociales, comunicadores, etc., con amplia trayectoria en discapacidad e inclusión laboral.
La fundación ofrece un acompañamiento integral durante todo el proceso tanto para la persona que resultase contratada como por la empresa. En caso de requerir asesoramiento, puede contactarnos en fundacion@fundacionbl.org.